Maybe hoping for a change is a dream, maybe life ain't as bad as it seams. But if dreaming is the best i can do, then I'll be dreaming my whole life through

sábado, 19 de noviembre de 2011

WELCOME TO PARADISE


Parece mentira, pero en mis veintidós años nunca me había detenido a observar como corretean las caracolas mecidas por la corriente del mar. No había disfrutado con simples y cotidianos actos de la naturaleza, que por ello, no los hace menos extraordinarios o sorprendentes. Ahora soy libre de hacerlo, mi mente no se siente presionada por la prisa inagotable de lo que debo hacer. Disfruto el presente, lo acaricio y me pierdo en él. Me paso noches viendo como pequeñas arañas tejen su cuerda de funambulismo, pasmada ante su rapidez y agilidad haciendo y deshaciendo, rectificando, subiendo y descendiendo para lograr una maravillosa red aniquiladora.
Ira y Rebe, me acordé un montón de vosotras!km y km de playa!
Por lo que me han dicho, en nuestro querido Mediterráneo las hay por doquier, pero yo jamás había visto tantas estrellas de mar como en Ganpatipule. Quizás sea porque estoy predispuesta a ser feliz, porque estoy relajada, porque aspiro cada segundo y cada detalle, que lo hago asombroso. Quizás. Pero este pequeño pueblo ha hecho durante un fin de semana mis delicias.
Con un refrescante coco, sobre una arena blanca y con las olitas del mar arábigo mojando mis pies me di cuenta que aunque la felicidad compartida es inigualable, disfrutar y divertirse con uno mismo no tiene precio. Sola y feliz, nunca lo habría imaginado. Mi mejor amigo no es mi perro, soy yo.

Mi primer baño en el gigante y peligroso charquito de pipi llamado arábigo fue adictivo. No sé si todos los presentes pensarían que es una tradición occidental la de correr gritando y cantando por la orilla, la de desplomarse sobre las olas y reírse tan alto que haces callar al mar. Desde luego fue todo un bautizo.

Pero ya sabéis que cuanto más tienes, mas quieres. ¿Por qué conformarme con el dulce sabor de la perfección si puedo rozar lo idílico? El día tuvo su guinda con un extrasensorial tratamiento ayurveda de 90 minutazos de placer. Embadurnada de aceites con hierbas me masajearon a cuatro manos todo el cuerpo, de cabeza a pies. No sé si ahora tendré un pelo más largo, una piel más joven o una vida más sana. Sé que logre un pasaje durante hora y media al edén.


Comer unos ricos camarones en la playa, bajo una sombrilla, con un increíble lassi de postre y poder tirarme horas leyendo y escribiendo mientras juego con los deditos de mis pies en la arena es todo lo que pido para mi jubilación. Pero tal y como me cuentan nunca llegare a jubilarme, asique menos mal que ya lo he disfrutado, ¡y que me quiten lo bailado!

escribiendo al kiwi y planeando comprar tierras y no volver jamas
Ganpati temple, por supuesto dí la vuelta a la colina tradicional!
Eso sí, Ganpatipule no está al alcance de los más débiles. Para llegar tuve que pasar la dura prueba del “autobús de la pota” o “autobús carcelario”, como gusten. Ocho horas en las que estuve más que a punto de morir despeñada mientras todos y cada uno de los pasajeros iban vomitando por la ventanilla. Y yo, con mi mp3 a tope, sin parar de disfrutar de los valles, montañas y pueblitos que íbamos dejando atrás.
¡Una buena celebración para mi primer mes en la india! Desde aquí hago un llamamiento para aquel que sepa cómo detener el tiempo, no quiero marcharme jamás.
This world go crazy, it´s not fatality

sábado, 12 de noviembre de 2011

FRO


Advertencia: Esta es una historia basada en hechos reales, no ha sido modificado ningún nombre (aunque no lo parezca). Mi deseo es que algún día aprendan español y se topen con este blog para que se les caiga la cara de vergüenza.

Puesto que mi visado es de trabajo, la embajada India me dijo que una vez estuviese en el país debía registrarme en un plazo de 14 días. Mi experiencia en Ecuador me decía que no iba a ser una tarea fácil, sin embargo nunca pensé que fuese imposible.
Debía ir a Pune, puesto que la oficina central de la ONG Shelter Associates (donde trabajo como voluntaria) se encuentra allí. Era el Diwali asique los funcionarios, policías y demás panda no trabajaban. “Vuelve la semana que viene”.
Bye bye a los catorce días, me la jugaba. Asique me dirigí a la comisaría de policía que corresponde al distrito de la oficina y supliqué (no saben Ingles asique mi carita de perro abandonado era todo lo que tenía) que me escribiesen en un papel diciendo que yo había ido en el plazo, pero que ellos estaban comiendo Krunchis en vez de trabajar.
Nadie se dignó a escribir el papel. Pero conseguí que el “Detective Patán” me diese su número de teléfono. De alguna forma, quizás el podría corroborar mi presencia allí.
Allí volví una semana después, con mi carpetita roja repleta de un millón de copias de todos los papeles burocráticos que querían y ni siquiera entendían. La hermana de Bhakti, Dipty, nos alojó en su casa a Ross y a mí por lo que me ahorre lo que iba a ser una noche de hotel que al final se convertiría en una semana.

Por lo tanto ahí estábamos, Ross, Dipty y yo. Parece broma, pero nadie sabe inglés, por lo que o cuentas con un traductor o estás perdido. Aun así, contando con la traducción inglés-marathí de Dipty; con su energía y constantes llamadas a agentes y funcionarios, todos se empeñaban en poner trabas y pegas. De la oficina de registro a la comisaría, de la comisaría a la oficina… Siempre era otro papel, otra oficina u otro oficial que no estaba presente lo que hacía falta. En ciertas ocasiones si que estaban, pero nos decían que se iban a tomar el té y que volvían en una hora. Esto se convertía en 5 horas de espera.
Tenían que comprobar que mi dirección de residencia (la oficina de la ong en Pune) era real. Asique tuvimos que montar toda la parafernalia de poner mantas en el suelo y llevar mochilas para que creyesen que vivía allí. Desde las 9 de la mañana esperando a los policías en la oficina. Obviamente nunca aparecieron. Al día siguiente, después de una media de 50 llamadas por parte de Dipty a la policía para que viniesen a chequear la dirección, ahí aparecieó Mr.Kulkarny con su tropa. Revolucionaron la oficina mientras todos trabajaban, entrevistaron a Pratima Tai (la fundadora de la ONG) y al fin dijeron que al día siguiente el jefe de comisaría (su nombre es asesino de tigres y su físico es el de un nazi) firmaría el formulario. Todo esto tomo unos tres interminables días, en los que nos llamaban a las 9 de la noche para que fuésemos inmediatamente a la oficina para que cambiase el orden de mis apellidos o tonterías similares.
Lloramos, reímos y perdimos unos 10 años de vida durante todo el proceso. Parecía que esa firma era algo inverosímil. Pero lo logramos. Gracias Mr. Patán.

Ahí estábamos de nuevo, en la FRO con los nervios de punta puesto que estábamos a las puertas de finalizar todo el proceso. Una vez más, los papeles que tenía no eran correctos y la oficina solo abre de 3 a 5 por lo que corre que te corre a imprimir, rellenar y entregar otros papeles.
Por fin me dejan acceder a la ventana de registro, ya huelo la legalidad de mi persona en el país…Cuando la amble funcionaria nos dice:
-No es necesario que se registre, su estancia es inferior a 180 días.   ¡What the hell!
Reímos tan alto que revolucionamos el edificio, mientras caían todas las lágrimas acumuladas durante las impotentes sesiones de interrogatorios a las que me sometieron a lo largo de la semana. Dipty no podía creerlo.
Legal sin saberlo desde mi llegada. Gracias por ser tan competentes.
Asique los inútiles de los policías tienen millones de fotos mías que nunca fueron necesarias para disfrutar de sus cálidas noches pensando en la blanquita española. Welcome to India.
La cena de celebración y el pedazo de café con helado que nos metimos esa noche no tienen precio, desde luego Dipty es mi ángel de la guarda en este loco país. Danie vaad.

*FRO: Foreing Registration Office

domingo, 6 de noviembre de 2011

Shubh Dipawali


Año nuevo, vida nueva dice el refrán. Y es que todos nosotros nos exigimos nuevas metas y propósitos que pensamos que vamos a lograr con un simple cambio cíclico. Dejar de fumar, ir al gimnasio, aprender inglés (ejem Edurne, ejem)… Exigencias que acabaran en decepciones personales por la sencilla razón de tener que planear algo para la nueva añada.

Sin comerlo ni beberlo yo ya estoy en el nuevo año, o al menos si me rijo bajo el calendario hindú. Bienvenidos al futuro, mi futuro. Sin propósitos ni exigencias más que la de seguir así de bien, deseando que esto nunca acabe y prometiéndome a mi misma que cada día voy a disfrutarlo más que el anterior.
Como cualquier fecha festiva en cualquier parte del mundo (quizás en China sea diferente) aquí no trabaja ni Chus. Asique llegue el lunes pensando en trabajar y a cambio he tenido una semana de Jauja. Si es común que en Navidades ganemos unos kilitos de más entre comidas familiares y nuestra amama metiéndonos por embudo un poquito más. Imaginar lo que ha sido tener unas 4 madres y otras tantas abuelas que te “obligan” (haber quien es el valiente que se niega y más sin saber el idioma) a degustar un millón de dulces y no tan dulces una media de 5 veces al día. Cada casa te empapuza más que la anterior y el repertorio siempre es el mismo. Año nuevo, talla nueva.

Obviamente los mosquitos no pueden resistir tal tentación de la blanquita redulzona por lo que me cuesta buscar un solo poro de mi cuerpo sin picaduras. 

No podría haber llegado en mejor fecha, la ciudad entera se viste de luces y colores, el Diwali, también llamado el festival de las luces, es la celebración hindú en la que se espanta a los malos espíritus y se deja paso a un nuevo año. Son unos cuatro días de fuegos artificiales, múltiples tradiciones y lucir las mejores galas.

Creo que ya os he mencionado que India es el país de los colores, y en estas fechas más aun. Todos lucen nuevos sharis, dibujan diariamente diferentes rangoris con polvo de colores, decoran las casas, los coches y todo lo que puedan con flores, se levantan a las 4 de la mañana para darse baños con aceites perfumados y cocinan cantidades ingentes de comida que irá directamente a mi culito blanco.

Me hicieron mendis con henna en uno de los slums, Bhakti me dejó dos trajes para que no tuviese que comprar y las otras dos chicas voluntarias me dejaban ir a su hotel para tener una placentera ducha en un baño occidental. Una pena que se hayan ido ya. Con ellas todo era divertido, tea party, ice cream party, party, party, party. Además que siempre se agradece tener alguien de tu edad y ¡con el que te puedas comunicar!
Rosa y Robin, las mencionadas americanitas han estado aquí por tres semanas como voluntarias y la verdad que todos nos hemos entristecido con su marcha. Asique ahora mismo soy la única extranjera en Sangli, una ciudad de unos 600.000 habitantes. Como imaginareis paso suuuper desapercibida. 

Sigo sonriendo cada día, probando diferentes grados de picante que abrasan mi lengua y tratando de respirar con mucha fuerza para absorber todo y que nada se escape. Amo este país, su gente y su ritmo, lento pero constante.

Shupa Dipawali a todos, pronto os cuento más cositas sobre Sangli, Shelter Associates (la ONG) y todos los que serán mis amigos y familia mientras esté aquí.


sábado, 5 de noviembre de 2011

En el futuro!

 Menu durante el Diwali


 Con Bhakti (y con su ropa)

En el slum de Sanguita haciendome mandalas para el Diwali


 Las americanas, Sanguita y su ama


 Feliz ano nuevo!


 Con Bhakti y Dipty de celebracion en su lavanderia


 Sangli bus stand


 Sangli


Tea party!

Os dejo unas fotitos para ir abriendo apetito antes de la siguiente entrada. Se que voy con retraso, pero India nunca duerme! Gracias por todos los comentarios, que esto no decaiga! Hasta muy pronto...