Maybe hoping for a change is a dream, maybe life ain't as bad as it seams. But if dreaming is the best i can do, then I'll be dreaming my whole life through

miércoles, 18 de enero de 2012

FROM HEART TO HEART



Parece mentira que después de tres meses trabajando no os haya hablado un poco sobre Shelter Associates y mis compis de trabajo. Estuve esperando a tener un documental acabado (el cual creo que jamás se hará) para hablaros sobre esta ONG, pero realmente no tengo escusa, ¡hay tantas cosas que quiero contaros y que no encuentro momento!

Vine sin saber que querían de mí y me convertí en la fotógrafa de la ONG, querían que documentase todo lo que pasaba y al mismo tiempo organizase un servidor común con la oficina central en Pune que llevaba años sin seguir ningún esquema más que el de soltar carpetas sin nombre en el.

Trabajamos en los slums (¿suburbios?) de 4 ciudades tratando de mejorar su calidad de vida en todos los aspectos. Diseñan las viviendas en las que se van a reubicar, diseñándolas junto a los propios habitantes del slum y contando con sus necesidades. Todo comenzó con unos baños móviles hace unos diez años en Sangli y hoy en día trabajan en más de 35, 29 de los cuales se están reubicando. Diferentes talleres educan a los niños con lecciones de higiene, salud y nutrición y han creado una marca que comercializan por todo el mundo vendiendo bolsas de la compra con telas de sarees. Esta es su página web, y así veis lo organizadiko que lo tengo! www.shelter-associates.org

Pues resulta que mañana me voy de Sangli, de la ONG y de mi familia India. ¡Me mudo a Auroville! Visto que el documental no salía adelante y que no estaba adquiriendo más experiencia decidí tras una pequeña tocada de narices irme y aprovechar lo que me queda de mi India. Asique, intentando satisfacer mi curiosidad sobre esta ciudad universal, me voy otra vez dirección Chennai, cruzo (todavía no se cómo) el país y me voy de voluntaria a aurovilleradio. ¡Y mi bus dirección Bangalore sale en unas horas!


Que días de llorera, comilonas y visitas de despedida. Como voy a echar de menos la ofi, mi terraza fumadero, mi Saaaaangitaaaa, las hormigas oscuras que intentan rodearme cada tarde, el vecino que grita algo que me parece “rubia” y sale un niño, las 3 sirenas inexplicables, los zombie burros, no saber que pasa a mi alrededor ¡y mi nueva lengua, el marathi!

Pero sin ninguna duda lo que más voy a añorar va a ser visitar el campamento de transición del slum de Miraj, el primero al que fui y el que cada vez que voy me llena de sentimientos y felicidad. Y como no a Ross, quien además de ser el arquitecto superhéroe de la organización, ha hecho que estos meses sean lo más sencillos y agradables para mí y en quien he encontrado a un amigo con quien reírme de esta locura de ciudad.



AHHH!!! Si tampoco os he contado como volví de Sri Lanka a Sangli! Una vez llegué al aeropuerto de Chennai, India tuve que decidir mi próximo movimiento de avance dirección Sangli lo que se dice al “tun-tun”. Y me fui pa Mysore, ciudad conocida por el incienso, las esencias y el yoga. Me di de bruces con una India turística que desconocía, con timos (lo intentaron), turistas y vendedores más pesados de lo habitual. Aun así me parece un sitio precioso y muy fotogénico.



Y de ahí, tras casi dos días de buses de la muerte llegué a Sangli donde rápidamente me mandaron hacia Pune casi sin tiempo a deshacer la mochila. Eso sí, en Pune me fui de couchsurfer y fue un soplo de aire fresco en toda regla. ¡Parecía estar de vuelta a Europa! Viví con tres chicas estudiantes que ellas decían que era yo más india que ellas. Nos fuimos de fiesta, de conciertos, cumples y hasta a una cervecería snob que elaboraban su propia cerveza. mmmmm Y como guinda final me pidieron que les hiciese algo en las paredes, me lo pase teta escribiendo.








Mi aportación a su locura de casa fueron las fotos y la frase del blog en la columna, ¿su aportación?Obvia, la locura, tres días con indias despendoladas y fiesteras.

domingo, 15 de enero de 2012

LAS ESCALERAS AL CIELO

Ratnapura, la ciudad de las gemas, fue nuestro alto antes de subir Adam´s Peak y tras el frio y enérgico paisaje de Nuwara Eliya. No hay mucho que hacer en esta loca ciudad a menos que quieras comprar o visitar las minas de gemas que hay alrededor de la ciudad. Posiblemente el hecho de llegar a las 11 de la noche a la ciudad haya hecho que la considere más extraña aun de lo que ya es. Tras un par de horas a vueltas con un tuc-tuc mas desesperado por encontrar una guesthouse que nosotros logramos algo similar a una habitación donde “descansamos”.

MASTER, nuestro curioso guía en la ciudad nos enseño las minas de gemas y muy amablemente nos indicó como llegar a las faldas de la montaña para comenzar su ascensión a la tarde para llegar antes del amanecer a su cima. ¡Este adorable y delicado anciano nunca mencionó la existencia de otro camino por otra parte de la montaña que se hace en tan solo 3-4horas!

Adam´s Peak, es una montaña sagrada donde hay una pisada de buda a nada más y nada menos que 2.234m. Lo mejor de todo es que los 15km de ascensión que te separan del que sin duda será el amanecer más espectacular que veras en tu vida han sido construidos en escaleras. Toda una noche subiendo escaleras, escaleras y escaleras. Eso sí, la ventaja de hacer el camino largo y tortuoso es que no había nadie más. Tuvimos la manta de unas estrellas brillantes, cercanas, el mejor techo que nunca pude soñar. Por mucho que subíamos nunca avanzábamos, y el hecho de no saber hasta nuestro descenso todo lo que había que recorrer, esa ignorancia, a día de hoy no sé si ayudo o empeoro la situación. De cualquier modo, solo por ese silencio, la sensación de estar a unos milímetros del cielo oliendo las estrellas con la paz de que nadie más esta a tu alrededor no tubo precio. El amanecer fue brutal y me hizo llorar de felicidad, saber que acababa el año viendo el amanecer desde el cielo, con las nubes a mis pies y en un paraje mágico te carga las pilas para comerte el 2012. Las montañas que nos rodeaban, testigos de nuestra hazaña durante la noche, se dejaban ver con los primeros rallos del sol demostrando su majestuosidad. El ascenso del cielo fue duro, doloroso y con el añadido del calor diurno. Sin embargo teníamos prisa, había que llegar antes de las campanadas a Unawatuna, donde Pablo y Alena, el matrimonio con el que viví en Ecuador nos esperaban.

Unawatuna resultó ser un pequeño Salou al estilo de la Lanka, caro y superpoblado de guiris y locales en busca de fiesta. Dos días fueron suficientes para hartarnos y mudarnos junto con Pablo y Alena y otra pareja que viajaba con ellos a Midigama, lo que viene a ser el absoluto paraíso. Reabrimos un hostal que había sido arrasado por el tsunami 7 años atrás. En la playa, con un agua cristalina, turquesa y caliente. Arena blanca, surf, buena música, ambiente y tranquilidad.
No fui capaz de moverme de allí hasta el mismo día de mi vuelo de vuelta a la india, donde todavía me quedaba por decidir como haría el camino de regreso a Sangli. Sin estrés.

Sri Lanka ha sido un antes y un después. Adoro esta isla, y se que pronto volveré a ella para vivir una larga temporada. ¡haber si os animáis y me hacéis una visitilla!

martes, 10 de enero de 2012

KOTTUADICT

ofrendas en la entrada de los templos budistas

estupa en anuradhapura, ciudad sagrada


sigiriya, desde lo alto de la roca las vistas son espectaculares, aunque no aptas para gente que padezca vértigo!






Navidades en Trincomalee, fun,fun fun!








Kottu, alimentación base en sri lanka, deliciooooso!
Polonnaruwa, photo by Pau


Kandy, el templo donde esta "el diente de buda"

en las minas de gemas en Ratnapura

love bussleeping! y la mujer encantada de que me durmiese sobre su hombro!




Esta es la primera parte del viaje, pronto seguiré escribiendo la continuación de la aventura, en la que subimos Adam´s Peak, una de las montañas que se ven en esta ultima foto al fondo y disfruté de 5 días en la plasha con Pablo y Alena. 
¡Pronto Sri Lanka II!

miércoles, 4 de enero de 2012

LA NIÑA DE LA SELVA


Aquella que se mueve por el corazón, que le arrastra a la esponjosa selva tropical a perderse en infinitos mares de té para encontrarse de bruces con stupas, dientes de buda o gigantescas rocas que dominan bosques desde su majestuosidad.

La prisa por coger el último tren hasta Anuradhpura me hico meterme de cabeza en Colombo, capital de Sri Lanka, tras sufrir más de dos horas de un insufrible atasco desde el aeropuerto hasta la ciudad corrí a la estación de trenes para darme de bruces con un enorme cartel “full”.

Pero ya he aprendido, todo tiene un porqué. De esta forma conocí a Bashi, un chico que también iba al mismo destino que yo y con quien emprendí la agotadora travesía de más de 7 horas hasta la ciudad sagrada donde buda se convirtió en lord. La carretera la estaban construyendo por lo que el autobús se convirtió en un viaje en camello hasta el norte de la isla.

Bashi resulto ser hijo del fundador de una de las ongs mas importantes del país y con su rápido y callejero ingles me tuvo entretenida todo el camino contándome la labor que realizan y la forma de trabajo que tienen con las víctimas de las minas de tierra. Llegamos a media noche, entre historias de robos y violaciones a turistas. Sin embargo, aquella noche mis únicas enemigas fueron las gigantes cucarachas voladoras.

Mi nuevo “guía” vino pronto a la mañana siguiente, alquiló dos bicis y visitamos todos los rincones de la ciudad sagrada. Me explicó su país y su tradición y me dio suficientes energías como para emprender mi camino en solitario hacia Polonnaruwa, segunda ciudad sagrada del triangulo. Sin embargo, mientras me llevaban a coger el autobús entre él y el conductor del risck shaw me metieron miedo con diferentes argumentos y explicaciones en ocasiones demasiado graficas de todo lo que le puede pasar a una chica viajando sola de noche. ¡Pero he vivido en Quito hombre! Decidí seguir mi camino, solo tenía 14 días y quería conocer muchos lugares en Ceylán. Me metí en el bus dirección Dambulla, donde cogería otro autobús hacia Polonnaruwa.

Mi móvil empezó a sonar y no ceso durante las tres horas de trayecto con mensajes suplicándome que no siguiera más allá e hiciese noche en Dambulla. Me acojonaron, para que mentiros. Sobre todo el detalle de que lo más peligroso de todo son los militares reprimidos que se han quedado tocados por la reciente guerra. Esto me iba a traer problemas, acostumbrada a viajar de noche para ahorrar tiempo y hostales el factor de tener que recluirme en un hostal antes del anochecer me iba a frenar en mi frenético viaje por la tierra de los mil nombres.
Una vez más los giros inesperados de los viajes hacen que los pequeños obstáculos que te encuentras en un principio se deshagan. Pau, un chico que conocí en la fundación Vicente Ferrer estaba en el aeropuerto y se iba a encontrar conmigo para continuar juntos recorriendo la lágrima de la India.

Me desperté con el ruido de la fuerte lluvia característica del monzón, desde luego eso no era lo que tenía en mente cuando pensaba en navidades en Sri Lanka. Vacilé en si merecería la pena visitar Sigiriya con lluvia o no. Pero sin nada mejor que hacer me dirigí hacia la imponente roca que reina sobre la vasta selva. No dejé de respirar con todas mis fuerzas en lo alto, ese aire, limpio, verde y húmedo te llenaba de energía y vida, era absorber oxigeno y paz. Y como no, un gigantesco buda sobresalía en el infinito.
Una vez con hombre a mi vera emprendimos el viaje destino Polonnaruwa, pero el destino hizo que cambiásemos de idea segundos antes de montarnos en el bus y decidimos irnos al mar, Trincomalee. Queríamos sol y playa para navidad.
Supuestas 3 horas de bus que acabaron en seis (aquí tienen una medida diferente para las horas) nos dejaron ver un desértico Trinco con aguas llenas de corrientes y delicioso marisco con locales totalmente locos por todas partes. De ello da fe la foto con los papaneoles indios con mascaras de hombre blanco y tripa y culo artificiales que bailaban al son de una especie de regeton.
Tras un par de días de relax y con un nuevo miembro en el grupo, un alemán que Pau había conocido en Delhi que apareció cual Jesucristo en un local de comidas a las tantas de la noche, nos dirigimos, ahora sí, a Polonnaruwa.

Recorrimos en bici la ciudad sagrada y nos despedimos del cómico “Jesús” para ir hasta Kandy en busca del diente de buda. Una hermosa ciudad alrededor de un lago con el abarrotado templo que alberga la reliquia.
Yo tenía ganas de Té, el mejor del mundo, asique decidimos coger un tren desde Kandy hasta Nuwara Eliya que subía por gigantescas montañas de té creando mares ondeantes de arbustos con un verde que jamás había visto antes.
Por primera vez desde que había emprendido mi viaje sentí frio, en medio de las montañas con atardeceres morados, te por doquier y tiendas de alcohol cada dos tiendas normales la manta del hostal se agradecía por la noche. De construcción británica con hermosas casitas salpicadas por el monte y ese olor que te activa desde por la mañana para perderte por lagos o estaciones de autobús. Teína.
Con más de media mochila cargada de té, comiéndome unos garbanzos en el autobús (every thing it´s possible in Sri Lanka) pudimos emprender el camino hacia Ratnapura, ciudad que tomaremos como base para peregrinar hasta Adam´s Peak.

PD: Llevo una media de tres jugosos y dulces mangos al día…